domingo, junio 28, 2009

Mi diálogo interno

-...Capaz vuelve antes, a razón de la famosa crisis mundial y demás.. (se fue a trabajar fuera del país por un lapso cercano a medio año).

-...Mmm, no.. va a tardar varios meses. Hoy pensás (y sentís) con demasiada euforia, en todo ese tiempo pueden pasar infinidad de cosas que los alejen, y ese sentir TAN fuerte, por simple distancia y larga espera, se esfume, sin dejar el sentimiento de pérdida.

Mi otro yo se impone con respeto y claridad. Sus palabras sencillas pero muy bien recibidas por mí, dicen:

¿PORQUÉ NO SOÑAR?

Ésto me llevó a pensar:
Porqué negar la realidad?
Porqué querer cambiarla, en lugar de aprender de lo que ES?

Entonces me doy cuenta de ésto:
El tiempo y las distancias no existen.
Veo con claridad (por momentos), que no nos separan, sino que nos acercan, de una manera que no concebía, inexplicable y hermosa.

Entonces???
Me animo a soñar.

sábado, junio 27, 2009

pregunta



Ya había caído hace rato el sol.. y ellos seguían jugando en el agua fresquita del lago..
La pregunta: Porqué los niños nunca tienen frío?

martes, junio 09, 2009

cipreces



ciprés de la cordillera.

simplemente es mi árbol preferido :)

jueves, junio 04, 2009

Teresa

Ella trataba de verse a sí misma a través de su cuerpo. Por eso se miraba con frecuencia al espejo. Como le daba miedo que la sorprendiera su madre, sus miradas al espejo tenían el cariz de un vicio secreto.
No era la vanidad lo que la atraía hacia el espejo, sino el asombro al ver a su propio yo. Se olvidaba de que estaba viendo el tablero de instrumentos de los mecanismos corporales. Le parecía ver su alma, que se le daba a conocer en los rasgos de su cara. Olvidaba que la nariz no es más que la terminación de una manguera que lleva el aire a los pulmones. Veía en ella la fiel expresión de su carácter.
Se miraba durante mucho tiempo y a veces le molestaba ver en su cara los rasgos de su madre. Se miraba entonces con aún mayor ahínco y trataba, con su fuerza de voluntad, de hacer abstracción de la fisonomía de la madre, de restarla, de modo que en su cara quedase sólo lo que era ella misma. Cuando lo lograba, aquél era un momento de embriaguez: el alma salía a la superficie del cuerpo como cuando los marinos salen de la bodega, ocupan toda su cubierta, agitan los brazos hacia el cielo y cantan.

Milan Kundera.
*La insoportable levedad del ser.